Marky Cabrone

Tiene este diseño el típico fallito sin importancia de dejarse una hache por el camino. Tanta concentración espolvoreada con unas cuantas dosis de jornadas interminables dándole al Fortnite suele ocasionar estos errores. 

Pero más allá del típico fallo de la hache, el cual es recurrente y poco sorpresivo en los tiempos que corren, hay unas cuantas novedades a las que prestar atención.

cabrone

El gran pene marca el epicentro. O mejor dicho, lo marcaba. ‘Érase una pared a un pene pegado’ que diría Quevedo. Ese pene descansaba plácidamente sobre el gran fondo blanco de la pared, reclamando toda atención del viandante y obteniendo, en contrapartida, todo tipo de miradas indiferentes. Algunas lujuriosas. Pero un día, alguien le jodió el plan incorporando un mensaje que le camuflaba entre letras y palabras de gran fuerza poética y gran valor gramatical. 

Como iba diciendo, el pene está ahora flanqueado por palabras y letras. Unas faltan y otras sobran. Como los familiares en Nochebuena. El autor del grafiti, sin duda, tiene un problema serio con las eses. También con el espacio. Por un lado, se deja una ese por el camino tras escribir ‘cabrone’, a no ser, claro está, que sea como los Ramones, que se hacían llamar ‘Ramone’, sin ese. Marky, Johnny, Dee y Joey Cabrone. Los Cabrones. El resto es Historia. 

El problema mencionado con el espacio y las dimensiones de que dispone para estampar su obra se manifiesta claramente en que a mitad de escribir la susodicha palabra ‘cabrone’ se encuentra con el amigo pene, cuyo derecho a estar allí está más que claro habida cuenta de su larga estancia en la pared. Él estaba primero, y el grafitero lo sabía. ¿De verdad se pensaba que con ese tamaño de letra, la palabra cabría completamente antes de topar con la polla? Lo cojonudo es que seguro que se sorprendió cuando la letra ‘o’ se mimetizó con los dos testículos, pareciendo una familia de oes, ruedas, huevos o de testículos. Pero bueno, llegado ese caso, Intro y a seguir en la línea siguiente.

 

PD. La próxima vez no estaría de más poner a quién se dirige la pintada. Un nombre, un mote o, al menos unas iniciales no supone mucho más esfuerzo y sirve para que el receptor del mensaje lo capte y se sienta ofendido, que supongo que es la finalidad de todo mensaje.  La gente no es adivina, los pequeños detalles marcan la diferencia.

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